La bicicleta de carga, también conocida como bicicleta de carga o bakfiets, está experimentando actualmente un renacimiento y es reconocida como un modo de transporte limpio, seguro y eficiente para el tráfico urbano de mercancías y pasajeros. Como vehículo de tracción humana y sin combustible, esta forma de transporte activo podría aportar más beneficios a nuestras ciudades que otras tecnologías de vanguardia. Veamos con más detalle esta tecnología emergente y su potencial para el transporte urbano.
La nueva economía de las entregas urbanas
Las bicicletas de carga están demostrando ser vehículos versátiles de cambio para los intereses comerciales urbanos gracias a su rentabilidad. También reducen la necesidad de camiones de reparto contaminantes y ruidosos que contribuyen al caos del tráfico en las ciudades. Hacen que las calles sean más limpias y seguras para los peatones y los ciclistas en las horas punta.
Un estudio encargado por la Unión Europea concluye que el 25% de todas las entregas de mercancías y el 50% de todas las entregas ligeras en las ciudades podrían hacerse en bicicletas de carga. En todo el mundo, los clientes compran cada vez más, desde alimentos hasta muebles, en los comercios online. La expectativa de inmediatez, especialmente en los centros urbanos, ha provocado un aumento masivo del tráfico en las calles de las ciudades. Mientras tanto, el 87% de los millennials prefieren comprar en empresas social y ambientalmente responsables. En este contexto, informar a sus clientes de que su paquete ha llegado por un medio de transporte sostenible y respetuoso con el medio ambiente podría convertirse en una ventaja significativa.
Benny Engelbrecht, ministro danés de Transporte, declaró en noviembre de 2019: «Las bicicletas no pueden cambiar el mundo, pero están condenadamente cerca.» Las ciudades se están asociando con empresas privadas de reparto para promover las bicicletas de carga como alternativa a los camiones de reparto. La ciudad de Nueva York anunció recientemente un nuevo programa que permite que las bicicletas de carga operadas por Amazon, UPS y DHL estacionen en las zonas de carga comerciales existentes, normalmente reservadas para camiones y furgonetas. UPS ha desplegado bicicletas de carga en varias ciudades europeas tras probarlas con éxito en Hamburgo en 2012.
El brillante futuro eléctrico liderado por las bicicletas
Según la Zweirad-Industrie-Verband (ZIV), las bicicletas de carga con asistencia eléctrica superaron el número de coches eléctricos vendidos en Alemania el año pasado (39.000 frente a 32.000 coches eléctricos), una cifra impresionante si se tiene en cuenta que los coches eléctricos se han beneficiado de importantes subvenciones gubernamentales, mientras que las e-bikes sólo recibieron una pequeña subvención. Deloitte predice que en 2023 habrá 300 millones de e-bikes en las carreteras de todo el mundo, lo que supone un aumento del 50% respecto a las cifras actuales. Estas estadísticas parecen demostrar que, a pesar de toda la atención prestada a los vehículos eléctricos y autónomos, el futuro de la e-movilidad está de hecho liderado por las bicicletas. En los próximos cinco años, se venderán 40 millones de bicicletas eléctricas en todo el mundo, lo que eclipsará los 12 millones de vehículos eléctricos que circularán por las carreteras en el mismo periodo.
Copenhague y Ámsterdam son los pioneros en el uso de bicicletas de carga. En el área metropolitana de Copenhague se utilizan cada día unas 40.000 bicicletas de carga. En la propia Copenhague, la ciudad ha descubierto que el 26% de los hogares con dos o más niños poseen una bicicleta de carga. De hecho, las bicicletas de carga en Copenhague se utilizan principalmente para transportar a los niños. En Ámsterdam, el 90% de las bicicletas de carga se venden a madres y padres que buscan una opción de transporte cómoda y sostenible para sus hijos.
El regreso de la bicicleta de carga con el crecimiento exponencial del mercado de las bicicletas eléctricas asistidas parece tener un gran potencial, no sólo para el transporte urbano de reparto, sino también para el transporte de pasajeros, especialmente para las familias. Vivamos donde vivamos, lo más probable es que veamos la bicicleta de carga eléctrica de una forma u otra como una opción de transporte sostenible, cómoda e inclusiva en nuestro barrio.
Una cosa es segura: un futuro sobre dos ruedas es más verde y saludable. Un futuro que podemos esperar.